Adrián Dozetas pinta el universo de los que más de una vez sobrevivimos sin seguridad social, hace a la poesía avanzar hacia a nosotros sin falsos romanticismos. Amor, desamor, sexo, drogas, bohemia y vagabundeo, Guirnaldas para la jaula dinamita el gueto poético de los poetas de lenguaje poético, abre las ventanas de la poesía para que entre la vida, cualquier insecto, cualquier polen. Adrián Dozetas le quita al poema la ropa interior, lanza su poemario como un condón usado arrojado desde un quinto piso.

Guirnaldas para la jaula está lejos de las buenas costumbres y cerca de la aceptación de nuestras altas y bajas pasiones, se quita la máscara para hablarnos y nos incita también a leerlo a máscara quitada.